Hay temor físico y temor psicológico. Existe el miedo físico al peligro, como encontrarse con

una serpiente o frente a un precipicio. Ese temor, el miedo físico de enfrentarse al peligro ¿no es inteligencia? Allí hay un precipicio; lo veo y reacciono inmediatamente, no me acerco. Bien, ¿no es ese miedo, la inteligencia que me dice: “ten cuidado, hay peligro”? Esa inteligencia se ha acumulado con el tiempo, otros han caído, o mi madre o mi amigo me han dicho: “ten cuidado con ese precipicio”. De manera que en esa expresión física del temor están el recuerdo y la inteligencia funcionando simultáneamente. Existe además el temor psicológico al miedo físico que hemos experimentado, el de haber sufrido una enfermedad que nos causó mucho dolor. Habiendo experimentado dolor, que es un fenómeno puramente físico, no deseamos que se repita, y tenemos el miedo psicológico a ese dolor aun cuando ha cesado de ser real. Bien, ¿puede ese miedo psicológico ser comprendido de manera que no vuelva a surgir en absoluto? He tenido dolor la mayoría lo hemos sufrido- lo tuve la semana pasada o hace un año. El dolor era desesperante, y no quiero que se repita y temo que pueda volver. ¿Qué ha ocurrido? Escuchen esto cuidadosamente, por favor. Existe el recuerdo de ese dolor, y el pensamiento dice: “no dejes que se repita, ten cuidado”. Pensar acerca del pasado dolor provoca el miedo de que se repita, y el pensamiento atrae el miedo sobre sí mismo. Esa es una forma particular de miedo, o sea, el miedo a que la enfermedad se repita con su dolor.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

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