Nuestras mentes están activas, persiguiendo un pensamiento tras otro. En su movimiento del pensar, nuestras
mentes tienen resquicios entre los pensamientos, un intervalo, un intervalo de tiempo. Y el pensamiento está siempre tratando de encontrar un medio donde pueda morar, morar en el sentido de permanecer. Lo que el pensamiento crea, por ser fragmentario, es la total inseguridad. No sé si lo ven. Por lo tanto, la seguridad completa radica en ser completamente nada (nothing), lo cual quiere decir ninguna cosa (not a thing) creada por el pensamiento. Ser absolutamente nada implica una total contradicción con todo lo que ustedes han aprendido, con todo lo que ha producido el pensamiento. Implica ser ninguna cosa. Si uno es nada, tiene seguridad completa. Es sólo en el devenir, en el desear, en el anhelar, en el perseguir algo que hay inseguridad. Viendo, pues, la naturaleza del tiempo, que es el movimiento del pensar, aparte del tiempo cronológico, viendo toda la naturaleza del miedo como movimiento del pensar como lo son la realización de una idea o el vivir en el pasado, en el romántico, tonto, sentimental pasado, o vivir en el conocimiento, que también es fragmentario-, viendo todo eso, vemos que la acción es siempre fragmentaria, que jamás es completa. Acción significa actuar ahora, y eso sólo puede ocurrir cuando hay completa seguridad. (La seguridad que ha creado el pensamiento no es seguridad). Esa es una verdad absoluta. Y la verdad absoluta existe cuando lo que hay es nada, cuando uno es nada. ¿Saben lo que significa ser nada? Nada de ambición lo cual no implica que uno vegete- ni competencia ni agresión ni resistencia ni barreras erigidas por las lesiones psicológicas. Uno es absolutamente nada. ¿Qué ocurre, entonces, con nuestras relaciones psicológicas cuando somos nada? ¿Comprenden? ¿Qué es, entonces, estar relacionado con otro? ¿Han pensado alguna vez en todo esto o es todo trágicamente nuevo para ustedes? Nuestra relación nunca es estable y, por lo tanto, es una batalla perpetua, una perpetua división, cada uno aislado en pos de sus propias búsquedas, de sus propios placeres. Esa relación, siendo insegura, debe inevitablemente traer división y, por ende, conflicto, ¿de acuerdo? Cuando en esa relación hay completa seguridad, no hay conflicto. Pero pongamos por caso que usted es completamente nada y yo no. Si usted es nada psicológicamente, internamente, si está completamente seguro porque nada hay, pero yo sigo estando inseguro, peleando, riñendo, si sigo confundido, ¿qué ocurre? ¿Qué relación hay entre usted y yo? La suya no es una certidumbre creada por el pensamiento, no es la certidumbre del hombre que dice “yo creo en eso” y establece su relación en una creencia, un condicionamiento que engendra temor y, en consecuencia, división. Y eso está ocurriendo todo el tiempo, ¿entiende? Aquí es enteramente distinto. Usted ha percibido, ha comprendido, ha visto la verdad de que en esta nada hay seguridad completa. Y yo no lo he visto. ¿Qué ocurre entre usted y yo? Usted tiene afecto, amor, compasión nacida de esta tremenda, inconmovible estabilidad, y yo, que soy su amigo, su esposa, su marido, no la tengo. ¿Qué ocurre? ¿Qué hará usted conmigo? ¿Lisonjearme, hablarme, consolarme, decirme lo estúpido que soy? ¿Qué hará? Ahora, mirémoslo de un modo distinto. Hay unos mil quinientos de nosotros en esta carpa, y algunos de ustedes, al menos así lo espero, han escuchado muy cuidadosamente, han puesto en ello atención, solicitud, afecto, y comprenden que son el mundo, tal como el mundo es cada uno de ustedes, lo comprenden no verbalmente, sino que profundamente ven la verdad de ello. Comprenden eso y ven la inmensa e inminente responsabilidad de cambiar radicalmente, la ven porque han escuchado, porque no han argumentado, no han sostenido opiniones; ven la verdad de ello. Y cuando existe esa transformación fundamental, ¿cuál es, entonces, la relación que tienen con el mundo? Es la misma pregunta, ¿entienden? ¿Qué es lo que hacen? ¿Esperan que suceda algo? Si esperan que suceda algo, nada sucederá. Pero si ven la verdad de que cada uno de ustedes es el mundo y el mundo es cada uno de ustedes, y ven la importancia extraordinaria de una transformación básica en sí mismos, entonces afectan a toda la conciencia del mundo, es inevitable. Y si usted está completa, totalmente seguro en el sentido que estamos hablando-, ¿no me afectará a mí, que estoy inseguro, desesperado, aferrándome, apegándome a esto y aquello? ¿No me afectará? Obviamente, lo hará. Pero lo importante es que usted, escuchando, vea la verdad de esto. Entonces esa verdad es suya, no es algo que le ha sido dado por alguna otra persona.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .