En otra ocasión, incluso llega a elogiar las artes de los hijos del hombre, en
ventaja sobre los hijos de la luz, que no saben, como los otros, poner sus riquezas a producir y ganarse amigos para los tiempos de miseria, pues, aunque estos administradores fuesen culpables por sus injusticias, se distinguían por su habilidad y su destreza. Y eso era todo lo que el reparador trataba de despertar en el espíritu de los hombres, para que, después de haber utilizado los dones que tenía a su disposición, se le confiasen otros más importantes.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .