Hay que recuperar al maestro. Tienes que ser el maestro, no el sirviente. ¿Y cuál

es la maestría? Ser un testigo es ser un maestro. Simplemente observa esos pensamientos; absolutamente calmado y sereno, observa. Deja que lleguen, deja que se vayan, deja que surjan, deja que desaparezcan; simplemente observa: el pensamiento está surgiendo, el pensamiento está ahí, el pensamiento se ha ido. Y pronto llegarás a un punto en el que surgen cada vez menos, y luego, un día, la abertura... Todos los pensamientos han desaparecido. En esa abertura, la primera experiencia de Dios.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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