Un buen número de personas se han chasqueado con el sistema de Abramelin, y la

razon es fácil de hallar, pues si examinamos su intentonas comprobaremos que jamás ellos siguieron íntegramente el sistema, sino que eligieron ora una ceremonia, ora una invocación, según sus antojos pasajeros. De consiguiente, el sistema de Abramelin ha tenido la mala reputación de ser una fórmula peligrosa; mientras que, practicado en su totalidad, es una fórmula singularmente segura, porque se liga a todas las reacciones de la fuerza invocada, como se podría hacer en un laboratorio y, por lo mismo las neutraliza. Cualquiera que desee abordar el aspecto positivo de una Esfera debe saber que también tiene un aspecto negativo, y que a menos de poder mantener el equilibrio necesario de las fuerzas este aspecto negativo puede convertirse en dominante y arruinar la operación. En toda ceremonia mágica hay un punto donde se encuentra este aspecto negativo y a menos que haya una sabiduria adecuada, precipitará al operador en la fosa que habrá cavado él mismo. En magia hay una sabia máxima que aconseja no invocar ninguna fuerza a no ser que se esté preparado para afrontar el aspecto negativo. ¿Osaríamos, acaso invocar en nosotros mismos, por ejemplo, la energía llameante de Marte (Gueburah) sin estar disciplinados, purificados, y de esta manera sentirnos seguros dé que impediremos a esta fuerza ir a los extremos, o sea la crueldad y la destrucción? Si tenemos un vago conocimiento de la naturaleza humana, debemos saber que cada una tiene los defectos de sus cualidades, es decir, que si es vigoroso, enérgico, podrá ser cruel, opresor; si es calmo, si es magnánimo, podrá ceder a las tentaciones de la indiferencia y la inercia.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

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