«Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te he conocido y

los que han sabido que tú me has enviado. He hecho que conozcan tu nombre y seguiré haciendo que lo conozcan, para que el amor por el que me has amado esté en ellos y yo mismo esté en ellos». Hombre nuevo, no dejes de recalcar ante todos los tuyos estas últimas palabras que dijo el reparador antes de ser entregado para consumar su sacrificio. No dejes de decirles que el objetivo de todos sus deseos es que el amor, por el cual lo ha amado su padre, esté en los discípulos y que lo único que pretende es estar en ellos, para hacer que les llegue este amor con el que es amado por su padre y con el que él ama a toda la familia humana. No dejes de hacer que se den cuenta de que, si les muestra así su amor, como objetivo final de todas sus obras y de todos sus proyectos, es porque este amor es su principio eterno y universal.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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