¿Qué es el alma? Nuestra cultura, nuestra civilización, ha inventado la palabra “alma” siendo la
civilización el deseo colectivo y la voluntad de mucha gente. Miren la civilización india. ¿Acaso no es el resultado de muchas personas con sus deseos, sus voluntades? Cualquier civilización es el resultado de lo que puede llamarse la voluntad colectiva; y la voluntad colectiva, en este caso, ha dicho que tiene que haber algo más que el cuerpo físico que muere, que se deteriora, algo mucho más grande, más vasto, algo indestructible, inmortal; por lo tanto, ha establecido esta idea del alma. De cuando en cuando pueden haber existido una o dos personas que han descubierto por sí misivas algo acerca de esta cosa extraordinaria llamada inmortalidad, un estado en el cual no existe la muerte; y después, todas las mentes mediocres han dicho: “Sí’ eso tiene que ser verdadero, él debe estar en lo cierto”; y debido a que anhelan la inmortalidad, se aferran a la palabra “alma”. También ustedes desean saber si existe algo más que la mera existencia física, ¿no es así? Esta rutina incesante de ir a una oficina, de realizar algún trabajo en el que no tenemos un interés vital de reñir, de ser envidiosos, de engendrar hijos, de chismear con nuestro vecino, de emitir palabras inútiles... ustedes desean saber si hay algo más que todo esto. La misma palabra “alma” incluye la idea de un estado indestructible, eterno, ¿verdad? Pero ya lo ven, ustedes jamás descubren por sí mismos si tal estado existe o no. No dicen: “No estoy interesado en lo que Cristo, Shankara o algún otro puedan haber dicho, ni en los preceptos de la tradición, de la así llamada civilización; voy a descubrir por mi mismo si existe un estado más allá de la estructura del tiempo”. Ustedes no se rebelan contra lo que la civilización o la voluntad colectiva han formulado; por el contrario, lo aceptan y dicen: “Si, existe un alma”. A esa formulación ustedes la llaman de una manera, otros la llaman de una manera diferente, y después se separen unos de otros y se convierten en enemigos a causa de sus conflictivas creencias. El hombre que realmente quiere descubrir si existe o no existe un estado más allá de la estructura del tiempo, tiene que estar libre de la civilización; o sea, tiene que estar libre de la voluntad colectiva y permanecer internamente solo. Y esta es una parte esencial de la educación: aprender a permanecer solos a fin de no caer presos ni en la voluntad de muchos ni en la voluntad de uno y, por tanto, ser capaces de descubrir por nosotros mismos lo que es verdadero. No dependan de nadie. Yo o algún otro pueden asegurarles que existe un estado intemporal, pero ¿qué valor tiene eso para ustedes? Si tienen hambre, necesitan comer y no quieren que los alimenten con meras palabras. Lo importante para ustedes es que lo descubran todo por sí mismos. Pueden ver que todo cuanto los rodea se deteriora, se destruye. Esta llamada civilización ya no puede mantenerse unida por la voluntad colectiva; se está desmoronando. La vida nos reta de instante en instante, y si respondemos al reto meramente desde la rutina del hábito que es responder en términos de aceptación- entonces nuestra respuesta carece de validez. Uno puede descubrir si hay o no hay un estado intemporal un estado en el que no existe movimiento alguno del “más” ni del “menos”- sólo cuando dice: “No voy a aceptar, voy a investigar, a explorar” lo cual significa que uno ya no tiene miedo de permanecer internamente solo.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .