Kavido, si te enfocas, permanecerás; si eliges, estará allí el que elige; si usas la

voluntad, el ego no puede desaparecer. Si realmente quieres perderte en cualquier tipo de actividad tienes que dejar de elegir, tienes que desechar tu voluntad. Tu voluntad significa simplemente que todavía no confías en la voluntad de Dios. Tu voluntad significa simplemente que todavía estás luchando, forcejeando con Dios. Tu voluntad significa simplemente que estás tratando de empujar el río, que no estás dispuesto a ir con el río. Tu voluntad significa simplemente que estás tratando de conquistar algo, que eres violento, que eres agresivo. Para estar perdido en cualquier actividad —puede que sea fregar el suelo o bailar o pintar o amar; puede ser cualquier cosa—, para estar perdido en ella tienes que desechar tu voluntad. Tienes que ser simplemente como una hoja muerta en el viento, de manera que allí donde sople el viento, la hoja se mueve con él: dice «sí» al sur, dice «sí» al norte, no conoce el «no», siempre dice «sí», y ése es el momento de la bendición, del gozo. Entonces nunca estarás frustrado, porque no hay nadie para estar frustrado. La frustración llega debido a las expectativas. La voluntad crea tu derrota. Y observa la cara de las personas: tarde o temprano, todas parecen derrotadas. Excepto los niños pequeños, verás que todo el mundo está derrotado. Y los niños pequeños aún se ríen y sonríen porque no saben lo que va a suceder. Su risa desaparecerá pronto, sus sonrisas se irán pronto; no tardarán en volverse secos, como desiertos, como se han vuelto todos los demás. Observa a los ancianos, cómo están viviendo: están desilusionados. Tenían grandes sueños, y los sueños han fracasado; todos los dioses han fracasado: están absolutamente frustrados, con raíz y todo. Ahora solo les rodea una atmósfera: la de la frustración. Por eso los ancianos están tan crónicamente irritados: la vida les ha estafado. ¡Con qué grandes fantasías habían empezado el viaje, con qué hermosos sueños! Y poco a poco todos los sueños se han convertido en polvo, y solo tienen un sabor en la boca: el del polvo. Y nada más. ¿Cómo van a evitar estar irritados? Están enojados, no con alguien en particular, ¡simplemente están furiosos! ¡Vivieron en vano! Han pasado setenta años, ochenta años, y han pasado por todo tipo de problemas, han padecido todo tipo de ansiedades y pesadillas, ¿y para qué? ¿«Un cuento contado por un idiota, lleno de furia y ruido, sin ningún significado»? Y cuando un hombre llega a ver que todo este asunto de la vida ha sido una especie de idiotez, se siente realmente frustrado: «¿Qué tipo de broma es ésta?» Dios no parece ser muy benigno; parecer ser una especie de sádico, torturando a la gente: dándole grandes ideas y luego frustrándolas continuamente. Según vas creciendo, vas volviéndote más profundamente frustrado. Pronto tu vida no es más que una tragedia. Esto sucede debido a tus sueños, a tus expectativas, a tus ambiciones, a tu voluntad. Querías hacer algo en el mundo y no pudiste, de ahí la impotencia. Mi enseñanza es: por favor, no intentes hacer nada en el mundo, deja que las cosas sucedan, y nunca estarás frustrado, y tu vida permanecerá fresca, tan fresca como siempre, y serás capaz de sonreír incluso en el último momento. Morirás sonriendo. Serás un conquistador sin ningún esfuerzo para conquistar, porque todos los esfuerzos para conquistar conducen a la derrota. Los verdaderos conquistadores son los que nunca tratan de conquistar. Ésta es la paradoja que hay que comprender: los verdaderos ganadores son los que nunca habían pensado en ganar nada, los que simplemente vivieron momento a momento, los que disfrutaron la mañana y la tarde y la noche.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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