Pero el hombre nuevo, que conoce de antemano sus pensamientos, habrá empezado por la curación
interior del enfermo, para tener ocasión de darle una instrucción sana y luminosa, dándoles a entender que no es más difícil decir levántate y anda que decir tus pecados te son perdonados, ya que a los ojos del hijo del hombre todas las fuerzas emanan de la misma fuente y. sin duda algu- na, el primer servicio que pueda darse a sí mismo es emplear las que afectan a la curación de sus facultades interiores sin preocuparse de la curación de su cuerpo nada más que cuando se ha restablecido su interior, sin lo cual, lejos de avanzar en su perfeccionamiento y su regeneración, no haría más que hacer más culpables a sus facultades, dándoles la culpa de sus pecados, mientras que les dejaría la substancia de sus pecados.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .