El tiempo es el observador, que es el pasado, y lo observado es el presente.
¿Comprenden? Mi mente está condicionada y el observador dice: “Tengo todos estos problemas y no he sido capaz de resolverlos; por lo tanto, observaré mi condicionamiento, tomaré conciencia de él y lo superaré”. Esta es la respuesta de la tradición, ¿verdad? De modo que el observador, que es el pasado, lo cual implica que es la esencia del tiempo, está tratando de superar, de trascender e ir más allá de lo que observa, que es su condicionamiento. Ahora bien, el observador, que es el pasado, ¿es diferente de la cosa que él observa? Lo que observa es lo que ve conforme a su condicionamiento, obviamente. Por lo tanto, observa con el pensamiento, que es el resultado del tiempo, y está tratando de resolver el problema por medio del tiempo. Pero uno ve que el observador es lo observado. Vean, señores, lo expondré muy sencillamente. ¿Es la violencia diferente del observador que dice “Yo soy violento”? ¿Es la violencia diferente del actor que es violento? Indudablemente, ambos son la misma cosa, ¿no es así? De modo que el observador es lo observado, y mientras haya una división entre el observador y lo observado, tiene que haber conflicto. Esta división aparece cuando el observador supone que es diferente de lo observado. Tengan un poco de discernimiento en esto y verán lo que implica.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .