Por eso ha dicho al Señor no dejéis a los hombres en ¡os caminos que
perju dican a vuestra propia obra, que tantas ganas tengo de ver realizada Venid a socorrer su debilidad, puesto que vos sois el único que puede protegerlos de la muerte y darles las fuerzas y todas las ayudas que necesitan Después, dirigien dose al enemigo, le dice ¿Es necesario que se derrame la sangre de mi espíritu para saciar tu sed y hacer que sueltes la presa? Fíjate deja que mis hermanos se vayan en libertad No te hablo solo en mi nombre, sino en el nombre del que acaba de darme la vida, pero, si no quieres creer en mi nombre ni en el nombre del que me ha enviado, cree, al menos, en la obra que el ha realizado en mi ser tuya evidencia no puedes negar porque la tienes demostrada con mi existen cía, ya que ni tu ojo puede menospreciarla ni tu puedes evitar el sentirla.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .