Ahí tenemos también la última prueba que termina la obra Visible de este reparador y
parece que es gustar esa amargura espiritual, como hemos visto al principio de este escrito, que consiste realmente en el sacrificio, y todo el precio de la expiación, puesto que el reparador, después de haber tomado el vinagre que le ofrecieron en una esponja puesta en la punta de una caña, dijo: Todo se ha cumplido. Y bajando la cabeza, entregó el espíritu.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .