Pero no seas impaciente, como los hebreos en el desierto, si tus éxitos no son

tan rápidos como tus deseos son ardientes. Acuérdate «de todo el camino por el que el Señor, su Dios, los ha guiado durante cuarenta años, para castigarlos y probarlos, con el fin de que se descubriese lo que estaba oculto en su corazón y se supiese si eran fieles o infieles para cumplir los mandamientos; recuerda que los ha afligido con el hambre y que les ha dado como alimento el maná que era desconocido para sus padres, para hacerles comprender que el hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios; recuerda, finalmente, que el Señor, su Dios, se ha dedicado a instruirlos y organizados, lo mismo que el hombre se dedica a instruir y corregir a su hijo.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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