¿No creen ustedes que así son los seres humanos? Cavan una pequeña alberca para sí
mismos lejos de la rápida corriente de la vida, y en esa pequeña alberca se estancan, mueren; y a este estancamiento, a este deterioro lo llamamos nuestra existencia. O sea, que todos anhelamos un estado de permanencia; queremos que ciertos deseos duren para siempre, ansiamos placeres que no terminen nunca. Cavamos un pequeño agujero y en él nos atrincheramos con nuestras familias, con nuestras ambiciones, nuestras culturas, nuestros temores, nuestros dioses, nuestras diversas formas de adoración, y allí morimos, dejando que pase la vida esa vida que no es permanente, que cambia continuamente, que es tan rápida, que tiene profundidades tan enormes, una vitalidad y una belleza tan extraordinarias.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .