Luego Baal Shem murió. De modo que su sucesor... El problema surgió de nuevo. El

pueblo se encontraba en un apuro. Sobrevino una desgracia y los aldeanos le pidieron al sucesor, al nuevo rabino, que se fuera al bosque y que rezara a Dios. El nuevo rabino se encontró en dificultades porque desconocía el lugar, la posición exacta del árbol. Desconocía cómo hacerlo, pero aun así fue; bajo cualquier árbol. Encendió fuego, realizó el ritual, rezó y le dijo a Dios, "Mira, no sé el lugar exacto al que mi Maestro acudía a rezar, pero tú sí lo sabes. Tú eres omnipotente, tú eres omnipresente, por lo tanto lo conoces, de modo que no hay porqué buscar el lugar exacto. Mi pueblo está en dificultades, así que escucha y haz algo". ¡La desgracia desapareció!.

Osho . Yoga: La Ciencia Del Alma Vol 1 .

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