Pero esta resurrección de la palabra en nosotros y esta virilidad de la que ofrecemos
de antemano algunos detalles se nos puede conceder en este bajo mundo, si abrigamos la esperanza de que asi sea y nos comportamos según el instinto que ella nos sugiere y, si no tuviésemos más explicaciones que dar sobre la felicidad del hombre que las que se nos han ofrecido en las instruccio- nes vulgares, no creeríamos haber hecho lo suficiente por nuestros semejantes.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .