Las alegorías, aparte de otros elementos de juicio, demuestran que, mucho antes de Demócrito, estaban

yha familiarizados los antiguos con la idea de la indestructibilidad de la materia. Movers define el concepto fenicio de la ideal luz solar, diciendo que era la espiritual influencia emanada del supremo Dios, Iao, la luz tan sólo concebible por la mente, el principio así físico como espiritual de todas las cosas del cual emana el alma. Es la esencia masculina o sabiduría, mientras que el caos es la esencia femenina. Así tenemos, que la materia y el espíritu eran ya para los fenicios los dos principios coeternos e infinitos. Esta teoría es tan antigua como el mundo, y no fue Demócrito su autor, pues la intuición del hombre precedió al ulterior desenvolvimiento de su razón. Las escuelas materialistas son incapaces de explicar los fenómenos ocultos, porque niegan a Dios, en quien reside la Voluntad. Su desconocimiento de los fenómenos psíquicos, y lo absurdo de las hipótesis con que pretenden explicarlos, dimanan de que a priori desdeñan cuanto puede empujarles a trasponer los límites de las ciencias experimentales y entrar en los dominios de la psicología o de la que no fuera incongruente llamar fisiología metafísica. Los filósofos antiguos afirmaban que todas las cosas visibles e invisibles surgían a la existencia por manifestación de la Voluntad, a que Platón llamó Idea divina, y que así como esta Idea da existencia objetiva a la materia con sólo enfocar su voluntad en un centro de fuerzas localizadas, así también el hombre, el microcosmos respecto del macrocosmos, da forma objetiva a la materia en proporción del vigor de su voluntad. Los átomos imaginarios (36) son como operarios movidos automáticamente a influjo de la Voluntad universal que en ellos se enfoca y, manifestada en fuerza, los pone en actividad. El proyecto del futuro edificio está en la mente del Arquitecto y es reflejo de su voluntad que, abstracta desde el momento de concebirlo, se concreta en cuanto los átomos imaginarios obedecen a los puntos, líneas y formas trazadas en la mente del divino geómetra.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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