Este es nuestro problema: si la mente, que está tan recargada de recuerdos y tradiciones,
puede hacer surgir dentro de sí misma, sin esfuerzo, lucha o conflicto, la llama que queme los residuos del ayer. Habiéndonos formulado esta pregunta que estoy seguro se hace toda persona seria y reflexiva- ¿por dónde empezamos? ¿Comenzamos con lo exterior, con el cambio en el mundo burocrático, en la estructura social? ¿O comenzaremos con lo interno, esto es, lo psicológico? ¿Vamos a considerar el mundo exterior con todo su conocimiento tecnológico, las maravillas que el hombre ha realizado en el campo científico? ¿Comenzaremos por allí para llevar a cabo una revolución? El hombre ya lo intentó, demasiado. Ha dicho: cuando cambiemos las cosas externas radicalmente, como lo han hecho todas las revoluciones sangrientas de la historia entonces el hombre cambiará y será un ser humano feliz. La revolución comunista y otras revoluciones han dicho: produzcamos orden en lo externo y habrá orden en lo interno. También han dicho que no importa si no hay orden interno; lo que importa es que tengamos orden en el mundo exterior, un orden ideal; una Utopía en nombre de la cual millones han sido asesinados.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .