El individuo, que vive en un torbellino, crea la sociedad, ¿sostiene usted que para cambiar

la sociedad el individuo se separe de ella de manera que no dependa de la sociedad? ¿No es el individuo la sociedad? Usted y yo hemos creado esta sociedad con nuestra codicia, nuestra ambición, nuestro nacionalismo, nuestra competencia, brutalidad, violencia; eso es lo que hemos hecho en el mundo exterior porque eso es lo que somos internamente. Usted y yo somos realmente responsables de la guerra que está desarrollándose en Vietnam porque hemos aceptado la guerra como sistema de vida. ¿Sugiere usted que nos separemos de ello? Al contrario, ¿cómo puede usted separarse de sí mismo? Uno es parte de todo este embrollo y sólo puede estar libre de esta fealdad, de esta violencia, de todo esto, no separándose, sino aprendiendo, observando y comprendiéndolo todo en uno mismo. Usted no puede separarse de sí mismo, y de ahí surge el problema de “quién” va a hacerlo. ¿Quién va a separarme a “mí” de la sociedad, o a “mí” de mí mismo? ¿No es parte de todo este circo la misma entidad que trata de separarse de sí misma? El comprender todo eso que el “observador” no es diferente de la cosa observada- es meditación. Ello requiere gran penetración dentro de uno mismo, no en forma analítica; es al observarse en la relación con las cosas, con la propiedad, con la gente, con las ideas, con la naturaleza, que uno llega a este sentido de completa libertad interna.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

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