El Tao es una ciencia espontánea: no cultives, no fuerces, no te crees problemas innecesarios;

utiliza la capacidad natural de la mente: que se mueve, que le gusta el movimiento, que es una vagabunda. Úsala, deja que circule la luz. Más adelante veremos cómo hacerla circular: descubre caminos y deja que circule. Mediante su circulación los taoístas llegaron a descubrir los setecientos puntos de la acupuntura. Circulándola por todo el cuerpo tomaron conciencia de que hay setecientos puntos en los que la luz se vuelve muy, muy ardiente, y los contaron exactamente. Ahora la ciencia lo corrobora: hay exactamente setecientos puntos. Ahora incluso se han inventado máquinas que pueden trazar un esbozo de tus setecientos puntos, y dónde falta luz en tus puntos, dónde no se está moviendo la energía en los meridianos correctos. ¿Cómo llegaron a descubrir esto los taoístas? No tenían máquinas ni tecnología. Su única técnica era entrar en su interior y hacer circular la luz.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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