En todas partes existen centros de fuerza, y la idea puede ampliarse desde un centro
de fuerza como el átomo químico, ascendiendo a través de los distintos grados y gru-pos de estos centros inteligentes, hasta el hombre, y de allí a la vida que se expresa por medio del sistema. Así se mani¬fiesta el Todo maravilloso y sintético. Algo de esto pensa-ría San Pablo al hablar del Hombre celestial, y cuando men¬cionó el "cuerpo crístico", con toda seguridad se refirió a esos entes de la familia humana que están dentro de su es¬fera de influencia y constituyen Su cuerpo, así como el con¬junto de células físicas forman el cuerpo físico del hombre. Es necesario, en estos días de trastornos religiosos, demostrar que las verdades fundamentales del cristianismo son verda¬des científicas. Por lo tanto, es preciso hacer científica la religión.
Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .