En el sendero de la iniciación, para educir la conciencia de los valores divinos, tiene
más eficacia la intuición subjetiva de una idea que su explicación racional, y esto exige un "trasiego de sentimientos por simpatía penetrativa" (como dijo Gründler") entre el Maestro y el discípulo. Lo cual, por otra parte, se acrecienta cuando el discípulo convive en plano de humildad y de servicio con el Maestro.
Eduardo Alfonso . La iniciación .