Un gran astrólogo vio a Buda. No daba crédito a sus ojos: ese cuerpo, esa
aura dorada en torno al cuerpo, esos ojos tan hermosos, tan silenciosos como pueda serlo cualquier lago y tan profundos como pueda serlo cualquier lago; esa claridad cristalina, esa gracia andante. Cayó a los pies de Buda y dijo: «He estudiado astrología, quiromancia. He estado toda la vida estudiando los tipos de hombres, ¡pero nunca he encontrado un hombre como tú! ¿A qué tipo perteneces? ¿Eres un dios que ha descendido a la Tierra? Porque no pareces pertenecer a esta Tierra. No veo nada de pesadez en ti. Eres absolutamente ligero, liviano. Me pregunto ¿cómo caminas sobre la Tierra, porque no veo que funcione en ti ninguna gravitación? ¿Eres un dios que ha descendido del cielo solo para observar qué está sucediendo en la Tierra? ¿Un mensajero de Dios? ¿Un profeta? ¿Quién eres?» Y Buda dijo: «No soy un dios.» El astrólogo preguntó: «Entonces, ¿eres lo que en mitología india se llama un yaksha..., un poco por debajo de los dioses?» Y Buda dijo: «No, tampoco soy un yaksha.» «Entonces, ¿quién eres? ¿Qué tipo de hombre, en qué categoría se te puede poner?» Y Buda dijo: «No soy un hombre ni una mujer.» Entonces el astrólogo se sintió muy desconcertado, y dijo: «¿Qué quieres decir? ¿Quieres decir que eres un animal, un espíritu animal, o el espíritu de un árbol, o el espíritu de una montaña o el espíritu de un río?» Porque la mitología india es panteísta: cree en todo tipo de espíritus. «¿Quién eres, el espíritu de un rosal? Tienes un aspecto tan hermoso, tan inocente...» Y Buda dijo: «No, no soy un animal, ni el espíritu de un árbol, ni el espíritu de una montaña.» «Entonces, ¿quién eres?» El astrólogo estaba muy perplejo. Y Buda dijo: «Soy consciencia y nada más. No me puedes categorizar porque todas las categorías son aplicables a los sueños.» Alguien está soñando que es un hombre, alguien está soñando que es una mujer, y así sucesivamente. Las categorías pertenecen al mundo de los sueños. Cuando despiertas eres simplemente ese principio de la consciencia, de estar despierto. Eres solo un testigo y nada más: un puro testigo. Todas las nubes han desaparecido. La nube de un hombre o una mujer, animal, dios, árboles...; todas las nubes, todas las formas han desaparecido. Eres tan solo una consciencia sin forma, el cielo puro, sin fin, infinito, enorme. Esta consciencia está vacía de nubes pero llena de cielo. Esto es vacío positivo, esto es nirvana. Luego hay el vacío negativo: estás lleno de nubes, tanto que no se puede ver ni un poco de cielo; estás lleno de conocimientos, tanto que no queda ni un poco de espacio para la meditación. Se dice que: el que no sabe y, sin embargo, sabe que sabe, es un tonto... llamado normalmente un experto o un erudito; elúdelo. El que no sabe y no sabe que no sabe es inocente, un niño; despiértale. El que no sabe y sabe que no sabe es un buda; síguele. Llegar a este entendimiento, «No soy nadie», es el significado de ser un buda. Buda no es el nombre de alguien. Buda es el nombre de la «nadiedad». Buda no es una entidad. Buda es solo espacio, espacio abierto, apertura, un nombre para la apertura, para el cielo abierto.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .