Hemos hablado de la Verdad y de cómo lograr esta Verdad que es Felicidad. Os
diré ahora que la Verdad, aunque abstracta, es para mí la encarnación de mi particular Instructor, la personificación de mi Amador. Si entrarais en un templo y vierais las paredes y columnas desnudas y nada sino la cáscara externa, os parecería frío y sin vida, pues aunque en un Templo haya cierto sentido de belleza estética y magnificencia, también necesitáis la imagen de vuestra creación. Todos tenemos un templo, pero cada cual ha de crear la Imagen el ídolo, la Belleza en cuyo torno podamos manifestar nuestro amor y devoción; porque si mantenemos el Templo vacío, como la mayoría de nosotros hacemos, no podremos crear.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .