El psicómetra es clarividente, pues ve con la vista interna; pero su visión de personas,

lugares y sucesos resultará confusa, a menos que con potente fuerza de voluntad haya educado la percepción visual. Sin embargo, en los casos de hipnotismo, la clarividencia del sujeto depende de la voluntad del hipnotizador, quien, por lo tanto, puede detener la atención de aquél en determinada imagen todo el tiempo necesario para describirlo en sus más prolijos pormenores. Por otra parte, el sujeto sometido a la influencia de un hábil hipnotizador aventaja al psicómetra espontáneo en la clara y distinta predicción del porvenir.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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