¿Por qué las ideas arraigan en nuestras mentes? ¿Por qué no se vuelven sumamente importantes

los hechos, no las ideas? ¿Por qué llegan a ser tan significativas las teorías, los conceptos, y no el hecho? ¿Es, acaso, porque no podemos comprender el hecho, porque nos falta la capacidad de enfrentarnos a él, o porque nos atemoriza hacerlo? Así pues, las ideas, las especulaciones, las teorías, son recursos para escapar del hecho... Uno puede huir, puede hacer toda clase de cosas, los hechos están ahí: el hecho de que uno es irascible, el hecho de que es ambicioso, el hecho de que es sensual, muchísimas cosas. Podrá reprimir los hechos, transmutarlos que es otra forma de represión-, controlarlos, pero todos esos hechos fueron reprimidos, controlados, disciplinados con ideas [...]. ¿No desperdician nuestra energía las ideas? No embotan la mente? Uno podrá ser hábil en especulaciones mentales, en citas, pero la mente que apela a las citas es una mente embotada; ha leído muchísimo y cita. ... Uno elimina de un solo golpe el conflicto de lo opuesto, si vive con el hecho y, por lo tanto, libera la energía para enfrentarse al hecho. Para la mayoría de nosotros, la contradicción es un campo extraordinario en el que la mente queda atrapada. Quiero hacer esto, y hago algo por completo diferente; pero si me enfrento al hecho de querer hacer esto, no hay contradicción alguna; en consecuencia, de un solo golpe he abolido íntegramente todo sentido de lo opuesto, y mi mente está entonces interesada por completo en lo que es y en la comprensión de lo que es.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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