Voy a recordarte el relato «El ganso está fuera», sobre la mente y el «esismo».
EL MAESTRO LE DICE AL DISCÍPULO QUE MEDITE SOBRE UN KOAN. Meten un ganso pequeño en una botella y le dan de comer. El ganso crece cada día más y ocupa la botella por completo. Es tan grande que no puede salir por el cuello de la botella, demasiado pequeña. Y el koan consiste en sacar el ganso sin matarlo y sin romper la botella. Realmente complicado. ¿Qué hacer? El ganso es demasiado grande; no se puede sacar de la botella a menos que se rompa, pero eso no está permitido. También se puede sacar el animal matándolo, pero tampoco está permitido. El discípulo medita día tras día, piensa esto, lo otro, no encuentra solución, porque en realidad no existe. Cansado, realmente agotado, de repente tiene una revelación, de repente comprende que al maestro no le interesan ni la botella ni el ganso, que deben de representar algo distinto. La botella es la mente, tú eres el ganso... y si actúas como testigo, es posible. Sin estar en la mente, puedes identificarte tanto con ella que empiezas a notar que estás en ella. El discípulo va corriendo a ver al maestro y le dice que el ganso está fuera. El maestro replica: «Lo has comprendido. Déjalo fuera. Nunca ha estado dentro». Si continúas luchando con el ganso y la botella, jamás resolverás el problema. Se trata de darte cuenta de que, efectivamente, debe representar otra cosa, porque si no el maestro no te lo plantearía. ¿Y qué puede ser, si tenemos en cuenta que toda la relación entre maestro y discípulo se refiere a la mente y la conciencia? La conciencia es el ganso que no está dentro de la botella de la mente, pero tú crees que sí está y no paras de preguntar a todo el mundo cómo sacarlo. Algunos imbéciles te ayudarán, con ciertas técnicas, y los llamo imbéciles porque no comprenden el asunto, en absoluto. Como el ganso está fuera y nunca ha estado dentro, no se plantea el problema de sacarlo.
Osho . El libro del ego .