Cuando se habían ido todos, Gurdjieff entró en la cocina para ayudar a Peters con

los platos, preguntándole al mismo tiempo si había disfrutado la velada. «Me sentí asqueado», fue la respuesta. Gurdjieff se rió y observó cuidadosamente a su compañero con una mirada penetrante. «Está bien esa sensación que tienes, ese asco. Pero ahora es necesario que te hagas una pregunta: ¿con quién te sientes asqueado?».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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