Encárgate, Dios mío, de todo lo relacionado con mi elección. Yo te diré, como Moisés,
que lo único que puedo hacer es tartamudear y que todo mi ser se encuentra con una impotencia universal para cumplir con las obligaciones que impones a tu elegido. Admiro la gloria de tus profetas y de tus servidores. mi alma se estremece de alegría al sentir las dulzuras y los consuelos que les esperan, pero si no desatas tú mismo mi lengua, si no pones tu fuego en mi corazón y tu luz en mi espíritu, si tú no me trazas el camino a cada paso, y si no me empujas por ti mismo por los senderos que me hayas trazado, yo me quedaré sepultado en mi debilidad y seré un ser completamente inútil para tus planes.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .