El psicoanálisis es un pobre sustituto de la religión, muy pobre. Pero cuando no puedes
conseguir lo mejor, entonces te las arreglas con lo segundo mejor o lo tercero mejor, o lo que esté disponible. Como los templos se han podrido, las iglesias se han vuelto políticas y la religión ha sido contaminada por los sacerdotes; el hombre se ha quedado solo, sin que nadie se ocupe de él, sin nadie que le apoye. El suelo mismo que le había sustentado durante siglos ha desaparecido. El hombre está cayendo en un abismo, se siente arrancado de raíz. El psicoanálisis llega como un sustituto: te da un poco de arraigo, te da un poco de suelo al que agarrarte. Pero no es nada comparado con la oración. Como el psicoanalista mismo está necesitado, como él mismo está tan enfermo como el paciente, no hay mucha diferencia entre el psicoanalista y el paciente. Si hay una diferencia, es la diferencia de los conocimientos, y eso no importa nada. No es una diferencia de ser. Si hay una diferencia es cuantitativa, no es cualitativa, y la cantidad no importa mucho. El psicoanalista y su paciente están los dos en la misma situación.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .