El hombre nuevo puede, digo yo, mantener este lenguaje, porque, cuando ha descubierto en él

la piedra angular del templo, ha reconocido también que no era más que el fruto, el extracto, el producto y el testigo de la misma unidad y que, si esta piedra angular fuese el testigo de la unidad, la unidad, a su vez, sería el testigo de esta piedra angular, ya que el hijo es el testigo del padre, lo mismo que el padre es el testigo del hijo.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

Índice