Las religiones han ofrecido una falsificación de lo verdadero. Las personas más serias se dan
cuenta de todo esto y del daño que lo falso ocasiona. Existe un estado que no es imaginación ni fantasía romántica, que no pertenece al tiempo ni es producto del pensamiento y la experiencia. Pero para dar con él debemos desprendernos de todas las monedas falsas que hemos atesorado, enterrarlas tan profundamente que ningún otro pueda encontrarlas. Por que el otro piensa que debe pasar por todas esas cosas que hemos desechado, y es por eso que esas cosas ya descartadas jamás deben ser encontradas por otro. Porque de lo contrario, surge la imitación y las monedas falsas vuelven a acuñarse. Negarlas no requiere esfuerzo ni una fuerte voluntad ni la atracción de algo más grande; uno las desecha muy sencillamente porque ve su futilidad, su peligro, su inherente capacidad de causar perjuicio y su vulgaridad.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .