¿Puede uno penetrar muy seria y profundamente en esta cuestión? ¿Es posible no escapar del

dolor en absoluto? Tal vez mi hijo muere; hay un dolor inmenso, una conmoción, y descubro que en realidad soy un ser humano muy solitario. No puedo afrontar ese dolor, no puedo soportarlo, así que escapo de él. Y existen muchos escapes: religiosos, mundanos o filosóficos. ¿Es posible no escapar en ninguna forma del desconsuelo, de la angustia de la soledad, del pesar, de la conmoción, y permanecer completamente con lo que sucede, con esta cosa llamada sufrimiento? ¿Pueden ustedes retener cualquier problema, retenerlo, no tratar de resolverlo sino mirarlo como si sostuvieran una joya preciosa, exquisitamente labrada? La pura belleza de la joya es tan atractiva, tan agradable, que nos quedamos contemplándola. Del mismo modo, si pudiéramos retener nuestro dolor sin escapar de él, sin un solo movimiento del pensar, entonces esa acción misma de no alejarnos del hecho generaría una liberación total con respecto a lo que ha ocasionado el sufrimiento. También quisiéramos considerar qué es la belleza, no la belleza de una persona o la belleza de las pinturas y estatuas que hay en los museos, o la de los más antiguos intentos del hombre para expresar sus sentimientos en la piedra, en una pintura o en un poema, sino preguntarnos qué es la belleza. La belleza puede ser la verdad, puede ser el amor. Pero sin comprender la naturaleza y profundidad de esa extraordinaria palabra “belleza”, quizá nunca podamos dar con aquello que es sagrado. Por lo tanto, tenemos que investigar esta cuestión de lo que es la belleza.

Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .

Índice