Una historia que refleja esta observación tiene que ver con un hombre que tenía la

obsesión de que estaba muerto. Acudió a un psiquiatra para que le ayudara. El psiquiatra usó todas las técnicas conocidas que dominaba, pero fue en vano. Finalmente, el psiquiatra trató de apelar a la lógica del paciente. «¿Sangran los muertos?», preguntó el doctor. «No, por supuesto que no», respondió el paciente. «Muy bien», dijo el doctor. «Probemos ahora un experimento.» El doctor tomó una aguja punzante y pinchó la piel del hombre, y el paciente comenzó a sangrar profusamente. «¡Ahí lo tiene! ¿Qué dice ahora?», preguntó el psiquiatra. «Bueno, ¡no doy crédito!», contestó el paciente. «¡Dios mío! ¡Los muertos sí sangran!».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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