Sin embargo, uno debe tener orden; pero el orden de la disciplina, de la ejercitación,

es la muerte del amor. Uno debe ser puntual, considerado. Pero si esta consideración es forzada, se vuelve superficial, una mera cortesía formal. El orden no puede encontrarse en la obediencia. Existe un orden absoluto, como en las matemáticas, cuando comprendemos el caos de la obediencia. No es que primero esté el orden y después la libertad, sino que la libertad es orden.

Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .

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