Una vez, en 1933, Gurdjieff invitó a Fritz Peters a una demostración de esto en

el apartamento que aquél tenía en el Hotel Henry Hudson de Nueva York, donde iba a tener lugar un encuentro. Peters era un joven discípulo de Gurdjieff, y Gurdjieff era uno de los maestros más grandes que el mundo ha visto..., y no un maestro convencional en absoluto, porque ningún maestro puede ser convencional. El convencionalismo es la cualidad del sacerdote, no del maestro. El maestro siempre es revolucionario. Y éste es un bello experimento. Escucha con atención:.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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