Hamid, el problema es que el hombre no es un río, el hombre está muy

congelado. No hay flujo en el ser del hombre. El hombre es como el hielo, no como el agua. Si el hombre fuese un río, no habría necesidad de empujarlo, al final llegaría al océano: ya habría llegado. En ese mismo flujo se habría vuelto parte del océano: fluir es ser oceánico. Pero el hombre no está fluyendo, por eso hay este afán. El hielo quiere derretirse, por eso hay este afán. Una vez que se ha derretido el hielo, no hay necesidad de empujar nada; entonces todo sucede por sí mismo.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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