Si te digo que dos ojos no son suficientes, necesitarás tres ojos, abrir tu tercer

ojo. Leerás a Lobsang Rampa, que dice que abras tu tercer ojo. Lo intentas por todos los medios, por aquí y por allá, cabeza abajo, con un mantra... y el tercer ojo no se abre. Entonces empiezas a sentirte culpable, que si me falta algo, que si no soy como debería ser... Te deprimes, te frotas el tercer ojo, pero no se abre. Cuidado con todas esas tonterías. Los dos ojos que poseemos son maravillosos, e incluso si solo tienes uno, es perfecto. Tienes que aceptarte como eres. Dios te ha hecho perfecto, no ha dejado nada incompleto en ti. Y si sientes que hay algo incompleto, forma parte de la perfección. Eres perfectamente imperfecto. Dios sabe, más que tú, que solo en la imperfección existe el desarrollo, que solo en la imperfección existe el fluir, que solo en la imperfección algo es posible. Si fueras perfecto estarías muerto, como una piedra. No ocurriría nada, nada podría ocurrir. Intenta comprender lo que te digo: también Dios es perfectamente imperfecto, porque si no, habría muerto hace mucho tiempo. No habría esperado a que Friedrich Nietzsche declarase que «Dios ha muerto». ¿Qué haría Dios si fuera perfecto? No podría hacer nada, no tendría libertad para hacer. No podría crecer, ni tendría adonde ir. Estaría simplemente estancado. Ni siquiera podría suicidarse, porque cuando eres perfecto no haces cosas así. Acéptate tal y como eres.

Osho . El libro del ego .

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