ESO ES LO QUE YO PUEDO HACER. El problema ha desaparecido para mí, pero no

ha desaparecido gracias a la respuesta que me haya dado nadie. Yo no le he preguntado nada a nadie. Aún más; todo mi esfuerzo ha consistido en no hacer caso a las respuestas que me han dado los demás con tanta generosidad. La gente no para de darte consejos. Con los consejos son muy generosos. A lo mejor no lo son con otras cosas, pero con los consejos son estupendos. Tanto si los pides como si no, te los dan. El consejo es lo único que se da en gran cantidad y lo único que no se acepta. Nadie lo acepta. Me han contado que un día estaban dos vagabundos sentados bajo un árbol y uno le dijo al otro: —Yo he acabado en este estado por no hacer caso a los consejos de nadie. Y el otro replicó: —Amigo, yo he acabado así por haber seguido los consejos de todo el mundo. TIENES QUE HACER TU PROPIO VIAJE. Estás helado; lo sé. Eres desgraciado; lo sé. La vida es dura; también lo sé. Y no tengo ningún consuelo para ti, ni creo que yo pueda consolarte, porque todo consuelo se convierte en un aplazamiento. La osa le dice al osezno: «Sí, tu padre era un oso polar», y durante un rato el osezno intenta no morirse de frío porque supuestamente los osos polares no pasan frío, pero no le sirve de nada. Vuelve a preguntar: «Mamá, ¿mi abuelo también era un oso polar?». Intenta saber lo siguiente: «¿Hay algo en mi herencia que va mal y por eso tengo tanto frío?». Y la madre contesta: «Sí, tu abuelo también era un oso polar». Vuelve a intentar aplazar el frío, pero no se puede. Se puede retrasar un poco, pero vuelve. No se puede rehuir la realidad.

Osho . El libro del ego .

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