El reconocimiento del factor inteligencia conducirá inevitablemente a contemplar la evolución de la conciencia en
sus diversas modalidades, desde las consideradas subhumanas, pasando por la humana, hasta la que lógicamente podemos suponer conciencia superhumana, aunque no sea posible demostrarla. La inmediata pregunta que enfrenta¬remos será: ¿qué hay detrás de todos estos factores? ¿Existe detrás de la forma objetiva y de su inteligencia animadora una evolución que corresponde a la facultad del yo, el Ego en el hombre? ¿Hay en la naturaleza y en cuanto vemos a nuestro alrededor la actuación del propósito de un Ser individualizado y autoconsciente? Si existe tal ser y existencia fundamental, podríamos percibir algo de sus inteligentes actividades y observar Sus planes, en vías de fructificación. Aunque no podamos probar que Dios o que la Deidad existe, por lo menos podemos decir que la hipótesis de que Él existe es razonable, la sugerencia es racional, lo cual constituye una posible solución para todos los misterios que nos rodean. Para ello debe demostrarse que hay un propósito, un pro¬pósito inteligente, desarrollándose a través de todo tipo de formas, razas, naciones, y en todo cuanto se halla manifes¬tado en la civilización moderna, más las etapas recorridas por este propósito y el gradual desenvolvimiento del plan, y quizás por esa demostración podremos ver lo que nos espera en las etapas futuras.
Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .