Ya es hora de que el hombre nuevo empiece su misión. Se ha cumplido su
edad terrestre y va a empezar su edad celeste. La primera ley que va a seguir al entrar en esta edad celeste es el bautismo corporal y este bautismo debe recibirlo de la mano de su guía, para poder recibir después el bautismo Divino de la mano del Creador. Es nuestro compañero fiel, encargado de realizar en nosotros ese bautismo corporal, porque tiene la misión de defendernos, protegernos y purificarnos de todo lo que hay de heterogéneo alrededor de nosotros, con el fin de romper la barrera que nos separa de nuestro único y universal principio de reacción, que es la Divinidad.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .