Para emprender el viaje, pues, lo primero es asegurarse de que uno viaja liviano, sin
todas sus cargas, sin todos sus prejuicios y sus preocupaciones. Y eso implica producir una total revolución en nosotros mismos; tiene que ocurrir una mutación total de la mente. Y esta mutación no es posible si no estamos libres para descubrir, si tenemos miedo de lo que pueda pasar. Si son lo bastante afortunados y descubren cómo escuchar, cómo ver, entonces encontrarán por sí mismos que hay una bendición en el acto mismo de ver, en el acto mismo de escuchar; no la bendición de un dios, no existe la bendición de los dioses ni la bendición de las plegarias ni la de los templos. Es una bendición que adviene sólo cuando uno sabe cómo amar.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .