A Gurdjieff no se le permitió entrar en Inglaterra, no se le permitió asentarse en

muchos países. Estuvo toda su vida yendo de un país a otro. No pudo hacer su trabajo. ¿Cómo iba a hacer su trabajo? El trabajo requiere un tipo de asentamiento. Reunía a sus discípulos y entonces tenía que abandonar el país y los discípulos volvían a dispersarse. Los volvía a reunir, pasaba unos pocos años congregándolos, y para cuando los discípulos se habían reunido, los políticos estaban de nuevo contra él y tenía que abandonar el país, y todo volvía a estar alterado. Esto continuó durante toda su vida. No pudo ayudar: ni siquiera una persona se pudo iluminar a través de él, y muchas podrían haberlo hecho. Tenía el potencial. Era un genio inusual, un Maestro inusual, pero las situaciones no lo permitieron. Si me voy de India, ésa será la situación una y otra vez. Cada vez que mi gente se reúna en un país, habrá dificultades. Y aquí pueden crear dificultades para vosotros —eso se puede encauzar fácilmente—, pero no pueden crear dificultades para mí. ¡Al menos no pueden expulsarme del país! Les gustaría que me fuera, harán todo lo posible para que me vaya, porque mi presencia se está volviendo difícil, muy difícil para ellos. Cuanto más esté aquí y más crezca mi gente y la comuna se vuelva más un hecho establecido, más voy a destrozar todos sus valores, todas sus hipocresías. De modo que no puedo irme de India. Y sé que los políticos indios serán las últimas personas del mundo que comprendan lo que está sucediendo aquí. Ni siquiera serán las últimas: nunca lo comprenderán.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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