Después de esto, no te olvides de observar qué prueba te pide de tu amor

hacia él. Se trata de apacentar sus corderos; de mantener, en todas las facultades y en las regiones que hay en tu dependencia particular, el orden, la medida y la armonía que va a sacar él de ahora en adelante de la fuente viva, para transmitírtelos a ti y a todos los tuyos; de comprometerlos para que sigan su ejemplo y se inmolen a su vez, lo mismo que él se inmoló siguiendo el ejemplo del reparador, si quieren recuperar la vida y ver que nace en ellos la unidad universal.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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