Pero si te sientas junto a un árbol, rodeado de bellos pájaros que cantan, o
un pavo real que baila, o simplemente un río que fluye y el sonido del agua que mana, o junto a una cascada y su gran música... Encuentra un lugar en el que la naturaleza aún no haya sido perturbada, contaminada. Si no puedes encontrar un sitio así, entonces cierra los ojos y siéntate en tu propia habitación. Si es posible, ten en tu casa una habitación especial para la meditación; una pequeña esquina servirá, pero que sea especialmente para la meditación. ¿Por qué especialmente? Porque cualquier tipo de acto crea su propia vibración. Si simplemente meditas en ese lugar, ese lugar se vuelve meditativo. Cada día que meditas, ese lugar absorbe tus vibraciones cuando estás en meditación. Cuando llegas al día siguiente, esas vibraciones empiezan a entrar en ti: te ayudan, son recíprocas, responden.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .