Ésta es la tabla de niveles por los que el hombre nuevo puede subir al
trono de la gloria. Su ser corporal se mantiene en actividad y en armonía por los elementos, los elementos están operados por sus fuerzas, sus fuerzas están regidas por los espíritus de las regiones, los espíritus de las regiones están incitados a su obra por el alma sensible y deseosa del hombre nuevo, su alma sensible y deseosa está activada por el espíritu santo. El alma divina del hombre nuevo recibe un impulso impetuoso que es el aguijón de fuego y de verdad. De allí, pasa al respeto y al amor del hijo, de donde se eleva al santo terror del padre, que la mantiene por completo en la sabiduría, el celo y la actuación vigilante, hasta que se haya reintegrado en la unidad no subdividida, donde no conocerá más que el amor que es carácter esencial y universal del que es Dios.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .