Los más eminentes maestros de las cosas divinas convienen en que casi todos los libros

antiguos están escritos en lenguaje sólo entendido de los iniciados, y ejemplo de ello nos da el bosquejo biográfico de Apolonio de Tyana, que, según saben los cabalistas, es un verdadero compendio de filosofía hermética con trasuntos de las tradiciones relativas al rey Salomón. Lo mismo que éstas, parece el bosquejo biográfico de Apolonio fantástica quimera, porque los acontecimientos históricos están cubiertos bajo el velo de la ficción. El viaje a la India, allí descrito, simboliza las pruebas del neófito, y sus detenidas conversaciones con los brahmanes, sus prudentes consejos y sus diálogos con el corintio Menipo, equivalen en conjunto, debidamente interpretados, a un catecismo esotérico. En su visita al país de los sabios, en la plática que sostuvo con el rey Hiarkas y en el oráculo de Anfiarao, se simbolizan muchos dogmas secretos de Hermes, cuya explicación revelaría no pocos misterios de la naturaleza. Eliphas Levi indica la sorprendente analogía entre el rey Hiarkas y el fabuloso Hiram, de quien recibió Salomón el cedro del Líbano y el oro de Ofir. Curioso fuera averiguar si los modernos masones, por mucha que sea su elocuencia y habilidad, saben quién es el Hiram cuya muerte juran vengar.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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