A medida que el impulso asciende desde el centro sacro al laríngeo, los hombres no

se centrarán tan poderosamente en sus impulsos físicos sexuales y manifestarán más conscientemente su expresión creadora. Su vida en el plano físico continuará en forma normal, pero es necesario que comprendan que el modo en que el hombre satisface su naturaleza sexual es anormal y desordenado y estamos en camino de llegar a una normalidad sensata. El deseo del placer egoísta y la satisfacción del impulso animal, que es instintivamente correcto cuando es ordenado, e incorrecto cuando se lo prostituye exclusivamente para el placer, serán reemplazados por la decisión que adopten ambas partes. La decisión satisfará la necesidad natural en forma correcta, conveniente y ordenada. En la actualidad se sacrifica generalmente una de las partes, sea por una indebida abstinencia o un excesivo desenfreno.

Alice A. Bailey . El Sexo .

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